¿Qué es la violencia de género?
La violencia de género es un tipo de violencia física o psicológica ejercida de un sexo hacia otro. La noción, por lo general, se refiere a violencia contra la mujer (es decir, los casos en los que la víctima pertenece al género femenino). En este sentido, también se utilizan las nociones de violencia doméstica, violencia de pareja y violencia machista.

lunes, 9 de diciembre de 2013

Reportaje Interpretativo

LA INCESANTE LUCHA FEMENINA CONTRA LA VIOLENCIA.

En el 2008, 207 mujeres fueron víctimas del maltrato al género, en 2009, 231; en 2010, 260; en 2011, 286 y en 2012, 255 ¿Cuánto más habrá que esperar para que los casos de femicidios sean abolidos?

De acuerdo con el Consejo Económico y Social de las Naciones Unidas, en el marco de la  convención sobre la eliminación de todas las formas de discriminación contra la mujer (también conocida por sus sigla en inglés CEDAW), la violencia de género se define como “todo tipo de violencia física o psicológica ejercida contra cualquier persona sobre la base de su sexo o género que impacta de manera negativa su identidad y bienestar social, físico y/o psicológico. Ésta presenta distintas manifestaciones e incluye actos que causan sufrimiento o daño, amenazas, coerción u otra privación de libertades”.
(Declaración Sobre La Eliminación De La Violencia Contra La Mujer, 20 de diciembre de 1993, art. 1 y 2)

Desde hace décadas, a través de los organismos de defensa de los derechos humanos se repudia este flagelo social y se trabaja de manera articulada entre las esferas pública y privada para su efectiva eliminación.

Cronología de una lucha global que no cesa

En 1975 se realizó la Conferencia Internacional sobre las Mujeres de la ONU, donde se comenzó a hablar de la violencia contra ellas.

Unos años más tarde, específicamente el 18 de diciembre de 1979, la Asamblea General de la ONU aprobó la convención para la eliminación de todas las formas de discriminación contra el género el 18 de diciembre de 1979. La misma establece “la prohibición de todas las formas de discriminación contra la mujer y dispone las medidas que deben ser adoptadas para asegurar que, en todo el mundo, las mujeres puedan gozar plenamente de todos sus derechos”.
(Convención sobre la Eliminación de todas las Formas de Discriminación contra la Mujer, art. 1)

Al año siguiente en Copenhague, se realizó la Segunda Conferencia, en la cual se afirmó que este tipo de violencia, va en contra de la dignidad humana y no favorece la igualdad.

En la década del 80, mujeres de todas partes del mundo que habían sufrido daños físicos o psicológicos por parte de hombres, realizaron denuncias, movilizaciones y proyectos para que los Estados de diferentes países, reconozcan el daño ocasionado al género femenino y accionen para erradicarlo.

La Tercera Conferencia Mundial organizada por la ONU, se llevó a cabo en Nairobi en 1985. Allí se aprobó el documento “Estrategias de Nairobi orientadas hacia el futuro para el adelanto de la mujer”, que sirvió de referencia para determinar que la extorsión contra el género, es uno de los obstáculos más importantes para lograr, además de la igualdad, el desarrollo y la paz.

En la década de los ´90, las Organizaciones Internacionales de Derechos Humanos (ONU y OEA) agregaron en sus tratados documentos sobre los derechos femeninos. Por ejemplo: la convención sobre la eliminación de todas las formas de discriminación contra la mujer, conocida como “Cedaw” y la convención interamericana para prevenir, sancionar y erradicar la violencia contra la misma, denominada “Convención de Belém do Pará”. También añadieron el “protocolo facultativo de la convención sobre la eliminación de todas las formas de discriminación”. En estos tratados, se asegura la  protección contra la violencia y se promueven acciones para garantizar justicia.

Con motivo de celebrarse la Segunda Conferencia Mundial Sobre Los Derechos Humanos en la ciudad de Viena,  en 1993, representantes de 171 Estados adoptaron por consenso la Declaración y el Programa de Acción planteado por la ONU. De esta forma, se presentó a la comunidad internacional un plan común para fortalecer la labor en pro de los derechos humanos en todo el mundo.
(http://www.un.org/es/development/devagenda/humanrights.shtml, fecha de consulta 30/10/2013)

Exhibieron a todos los presentes que participaron de la conferencia, casi medio millón de firmas de 128 países reclamando que se reconociese a la violencia contra la mujer como un atentado a los derechos humanos y organizaron un tribunal ante el cual se presentaron señoras para testimoniar, casos de violencia, de todas partes del mundo. 
Además, se acordó que los derechos femeninos son "una parte inalienable, integral e indivisible de los derechos humanos universales".

En diciembre de ese mismo año, la Asamblea General de las Naciones Unidas se reunió para establecer la declaración sobre la eliminación de la violencia contra la mujer. En dicho reconocimiento se les pidió a los gobiernos que tomaran medidas para erradicarla.

Un año después,  la Comisión de Derechos Humanos, examinó las causas y consecuencias que acarreaba la inequidad contra el género femenino, así como también dio recomendaciones para que se suprimiera en todo el mundo.

En la Cuarta Conferencia Mundial, en 1995, se elaboraron medidas para que los Estados y las comunidades pudieran controlar la problemática. El secretario general de las Naciones Unidas, Boutros Ghali, manifestó que la violencia contra la mujer era una problemática universal y que además, de acuerdo a estudios realizados en 10 países, en el hogar estaba aumentando ya que entre un 17% y un 38% de señoras, habían sido víctimas de agresiones físicas por parte de sus parejas. 

En Argentina

Según la información recopilada por la asociación civil La Casa del Encuentro, (fundada el 4 de octubre del año 2003 por Ada Beatriz Rico con el fin de diseñar un proyecto feminista por los derechos humanos de todas las mujeres y cuya misión es erradicar toda forma de violencia, abuso y discriminación hacia las mismas) las protestas de mujeres realizadas a lo largo de los años en el país, se ejecutaron para reclamar en contra de las agresiones que sufrían en la vida cotidiana: humillaciones, calumnias, insultos, abusos, entre otros. La exigencia: que el Estado brindara servicios, y cambiara la ley para anular el daño sufrido en las relaciones familiares.

Como consecuencia de estos reclamos, surgieron las comisarías de la mujer y además, el Congreso de la Nación Argentino sancionó y promulgó, en diciembre de 1994, la Ley N° 24.417 de Protección Contra la Violencia Familiar. La misma fue reglamentada por el decreto 235, el 7 de marzo de 1996.

Según relevó la Asociación Civil La Casa del Encuentro,  en nuestro país, los casos de víctimas femeninas terminados en muerte han aumentado y más de la mitad de los homicidios fueron cometidos por novios, familiares, esposos o ex parejas.

La entidad señaló que los asesinatos de mujeres en el 2008: fueron 207. En el 2009, 231, en 2010, 260, en 2011 al menos 286 y en 2012, 255.

En 2008, las comisarías de la mujer y la familia de Buenos Aires recibieron más de 60.000 denuncias por maltrato al género; un aumento significativo respecto a años anteriores, cuando las mismas no llegaban a las 20.000.

En 2009, se sancionó la Ley 26.485 de protección integral para prevenir, sancionar y erradicar el daño contra las mujeres, y fue reglamentada en 2010. Establece en su artículo 9 que: “el Consejo Nacional de las Mujeres (CNM) debe elaborar, implementar y monitorear un plan nacional de acción para la prevención, asistencia y erradicación de la violencia contra las mujeres” y “articular y coordinar las acciones para el cumplimiento de la norma, con las distintas áreas involucradas a nivel nacional, provincial y municipal, y con los ámbitos universitarios, sindicales, empresariales, religiosos, las organizaciones de defensa de los derechos de las mujeres y otras de la sociedad civil con competencia en la materia”, entre otras cuestiones.

El Observatorio de Femicidios en Argentina de la Sociedad Civil Adriana Marisel Zambrano, investigó cuáles fueron las provincias más afectadas por esta problemática: Buenos Aires, luego Santa Fe, Córdoba, Salta, Misiones, Santiago del Estero y Mendoza. En San Luis no se registraron casos.

Las asociaciones cuyo objetivo es defender los derechos femeninos, como por ejemplo: Fundación Alicia Moreau de Justo, Fundación Mujeres en Igualdad (MEI), Fundación para Estudio e Investigación de la Mujer (FEIM), Fundación Lugar de Mujer, Fundación Paz por la No Violencia Familiar, Asociación Civil la Casa del Encuentro, Asociación Argentina de Educadoras Sexuales (AAES), afirman que más del 90% de los casos de violencia que padecen las mujeres en sus familias, afectan su salud física y psicológica; también producen la pérdida de su capacidad de independencia.
Algunos casos involucran amenazas de muerte para ellas o algún miembro de su familia.

Si bien entre el 2008 y 2011 el número de víctimas de violencia contra el género femenino aumentaron, merece destacarse que en el 2012 se registró una baja de un 10%.

Posiblemente, las mujeres a través de sus manifestaciones, con las comisarías, las asociaciones, y las redes de información, de ayuda, de apoyo, de contactos y solidaridad alrededor del mundo, hicieron posible esta reducción. 

También vale destacar el papel importante que cumplió la ONU a lo largo de los años ya que gracias a su intervención se aprobaron documentos, derechos, tratados, declaraciones, planes, medidas, para que las mujeres sean valoradas y respetadas y para que se les reconocieran sus derechos, en condiciones de igualdad.

La lucha internacional y su correlato en el país no se detienen. De manera activa las sociedades continúan repudiando los hechos de violencia en todas sus manifestaciones.

Cabe esperar entonces que en el año 2013 las cifras de femicidios continúen en descenso,  y se sume así un hito  fundamental en el camino hacia la desaparición definitiva de este flagelo en el mundo.

LARA CASTAGNO.


RESEÑA BIBLIOGRÁFICA 

-          es.wikipedia.org 
-          www.un.org
-          www.lacasadelencuentro.org
-          http://www.un-ngls.org
-          www.derechoshumanos.unlp.edu.ar
-          www.observatorioviolencia.org/
-          www.libredeviolencias.com.ar


Nota de Opinión

Un mal que preocupa.
LA VIOLENCIA HACIA LAS MUJERES EN ARGENTINA.
Digámosle NO al maltrato.

Resulta habitual ver, leer o escuchar en los medios de comunicación, noticias sobre casos de violencia contra la mujer.

En 2008, las comisarías de la mujer y la familia de Buenos Aires recibieron más de 60.000 denuncias por violencia de género; en años anteriores, las mismas no llegaban a 20.000 según lo que indican los relevamientos realizados por la OMS (Organización Mundial de la Salud). En el 2011, se mostró un crecimiento del  8% respecto a 2010 y un 18% en relación al 2009. Mientras que en el 2012, las cifras bajaron un 10%.

Una de las leyes que se promulgaron para acabar con el maltrato femenino fue la N° 26485 que fue sancionada el 11 de marzo de 2009 y reglamentada en el 2010. 
Establece la “protección integral para prevenir, sancionar y erradicar la violencia contra las mujeres en los ámbitos en que desarrollen sus relaciones interpersonales”.

El artículo 9 de la C.N. dice que se debe “elaborar, implementar y monitorear un plan nacional de acción para la prevención, asistencia y erradicación de la violencia contra las mujeres” y “articular y coordinar las acciones para el cumplimiento de la norma, con las distintas áreas involucradas a nivel nacional, provincial y municipal, y con los ámbitos universitarios, sindicales, empresariales, religiosos, las organizaciones de defensa de los derechos de las mujeres y otras de la sociedad civil con competencia en la materia”. Entonces, ¿este plan no debería estar en funcionamiento hace tiempo ya? ¿Qué es lo que impide que se lleve a cabo?

La investigación realizada por el observatorio de femicidios de La Casa del Encuentro en el 2011, reveló que cada 37 horas es asesinada una mujer en Argentina. Se registró un aumento del 8% respecto a los casos sucedidos en el 2010, según el registro de la ONG.

A partir del caso de Wanda Taddei, la violencia contra las mujeres aumentó enormemente. Así lo indican los relevamientos hechos por la Asociación Civil señalada anteriormente. Wanda murió el 10 de febrero del 2010 como consecuencia de tener un 60% de quemaduras en su cuerpo, producidas durante una discusión mantenida con su esposo. Si bien él negó haber sido el culpable, actualmente cumple una condena de 18 años de prisión. 

Luego de la muerte de Taddei y hasta el 2013, en Argentina, se han denunciado 132 casos de mujeres quemadas, de los cuales el 50% fueron mortales, según el informe realizado por la OMS.

El gobierno no accionó para evitar que sigan realizándose hechos de femicidio, y esto da cuenta del por qué los casos siguieron aumentando: Fátima Catán, de 24 años, fue quemada por su pareja a mediados del 2010. Norma Rivas, de 22, también fue quemada, su esposo la roció con nafta y prendió fuego. Alejandra Céspedes, de 27, apareció quemada en su casa ese mismo año. Sabrina Cennamo fue encontrada meses después, incinerada y degollada. 
Lidia Valiente fue asesinada también, su cuerpo fue encontrado calcinado. Betiana Chávez, de 20 años, murió en un hospital de Neuquén después de haber sufrido quemaduras en el 85% de su cuerpo. Abundan casos como estos en los registros de la Asociación Argentina de Prevención de la Violencia Familiar.

En varios casos, el femicidio es llevado a cabo por los novios de las víctimas, amantes, parejas, ex parejas. ¿Por qué sucede esto? ¿Cuáles son los detonantes de esta problemática? 

Desde la proclamación de los Derechos Humanos en 1948 hasta la actualidad, se lograron derechos, convenciones, protocolos y garantías para la mujer, y los principales responsables de respetarlos y hacer que se respeten son los Estados.

Sin embargo, cotidianamente se siguen realizando actos de violencia contra el género femenino…

La mayoría de las que sufren este tipo de daños prefieren callar, en vez de denunciar;  sufrir por miedo a que el perjuicio sea mayor, o perdonar confiando en que el problema se va a solucionar. Según datos relevados por varias Organizaciones No Gubernamentales, como por ejemplo La Casa del Encuentro, Proyecto Pura Vida, Mujeres que cambian el Mundo, entre otras.

En el caso de que se esté conviviendo con una persona violenta, la Asociación Civil La Casa del Encuentro sugiere a las víctimas, tomar distancia, alejarse, no temer, dejar de callar y contarle a algún ser querido lo que está sucediendo, tener la voluntad y la fuerza para abandonar el lugar, denunciar lo sucedido y cambiar de vida.

Se necesita un cambio rotundo en las costumbres, los valores, las normas de seguridad y de convivencia, además de las leyes ya establecidas, para que la violencia de género femenino se termine por completo.

La justicia debería actuar en forma rápida, precisa;  para que todas las mujeres puedan tener una vida sin violencia.

El cambio está en cada persona, en empezar por uno mismo, en inculcarle a hijos, familiares, amigos y alumnos,  hábitos, normas y valores igualitarios.

LARA CASTAGNO.




viernes, 6 de diciembre de 2013

Entrevista a la Comisario Marcela Andrea Romagnoli, jefa de la ex Comisaría de la Mujer

La violencia de género es un problema que atañe a todos
 La violencia sexista es un delito que preocupa e inquieta a la comunidad, es una violación a los derechos humanos que se extiende por el mundo y penetra en las diferentes clases sociales. En diferentes puntos del país se encuentran distribuidas entidades que luchan contra esta problemática social, brindan apoyo y contención a las víctimas. 
En el Departamento Castellanos específicamente en la localidad de Rafaela, se encuentra, la ex Comisaría de la Mujer, hoy llamada Centro de Orientación a la Víctima de Violencia Familiar y Abuso Sexual.

La ex Comisaría de la Mujer:
  • Se fundó en 1999.
  • Su jurisdicción abarca al Departamento Castellanos.
  • Se desempeña en forma independiente de la Unidad Regional V de Policía- Seccional Rafaela.
  • Su equipo de trabajo sólo lo constituyen mujeres a fin de brindar mayor tranquilidad a las víctimas, que en gran medida suelen representar al sexo femenino: personal policial y una psicóloga.
  • Su objetivo es poner fin a los malos tratos, a las agresiones tanto físicas como verbales.
  • En forma gratuita brindan asesoramiento legal y contención a la persona que sufre violencia de género para que radique la denuncia.
Por Lucía Gigena.

-¿Cuál es el proceso que se sigue cuándo la persona víctima de violencia de género recurre al Centro a pedir ayuda?   En primer lugar la escuchamos, tratamos de brindarle tranquilidad, para que radique la denuncia y luego le brindamos contención y apoyo legal. Si es un caso de abuso sexual, trabajamos en conjunto con la psicóloga Ariela Casale. Es ella quien evalúa el grado de afectación psicológica y emocional de la víctima, comprueba el grado de protección que tiene con respecto a su maltratador, ayuda a tranquilizarla y trata de empatizar. A su vez, le explica el proceso terapéutico y de intervención psicológica que sea necesario llevar a cabo para que la mujer supere lo que vivió e intente rehacer su vida.
-¿Qué siente usted cuando una persona, víctima de la violencia sexista, se acerca a la institución a pedir ayuda?
Siento que está dando un gran paso, que está haciendo valer sus derechos, ya que al denunciar al agresor intenta ponerle fin a los maltratos que no merece. Si bien no es tarea fácil, es un avance que en lugar de optar por sufrir en silencio radique la denuncia. Nosotras estamos para brindarle la contención y el apoyo que sean necesarios.
-La violencia de género, incluye las agresiones verbales: ¿En qué momento se puede considerar que se pasa de una discusión a un maltrato?
 En el momento en el que hay una intención clara de causar un daño a la mujer por parte del maltratador: cuando hay intencionalidad de dañar para conseguir un fin, que suele estar relacionado con conseguir el sometimiento y la obediencia de la víctima.
-¿Por qué algunas mujeres terminan perdonando los malos tratos?
  Principalmente el asumir la culpabilidad. En cierto modo se sienten responsables del maltrato que sufren. La víctima necesita darle una explicación, comprender el motivo del maltrato, y así encontrar mecanismos para reducirlo. Pero nunca funciona porque la argumentación es errónea.
-¿Solés aconsejar en primera instancia a las víctimas de violencia de género que abandonen a sus parejas?
  Este es un asunto muy complicado y depende del caso. Si la víctima no posee independencia económica, es difícil que tome este tipo de decisiones. Se torna más complejo si tiene hijos, los cuales no podría mantener con sus recursos. Otro factor que puede influir es el aislamiento o la falta de lazos afectivos adecuados (familia, amigos, compañeros) que le sirvan de sostén para poder abandonar a su pareja sin inconvenientes. 
¿Qué acciones concretas se proponen desde el Centro de Orientación para promover a concientización de la sociedad sobre esta temática?
Estamos dando charlas preventivas a las personas que lo requieran. También visitamos escuelas con el fin de lograr un avance en la concientización social, e informar a todos sobre los diferentes organismos que nos dedicamos a combatir este tipo de delitos. Llevamos una película titulada “Relatos de familia”, en la que muchas personas cuentan sus experiencias personales con el tema, concluyendo en que por más que sea difícil denunciar al agresor, por temor a lo que pueda suceder, es peor quedarse padeciendo en silencio y no salir en búsqueda de ayuda.
- ¿Cree que en la actualidad hay más casos de violencia de género?
No, creo que hoy en día no han aumentado los delitos sino que las personas se están animando más a radicar sus denuncias. Tiempo atrás, esta problemática social era un tema tabú, porque las familias, los padres, les decían a sus hijos que no debían separarse, influían más los perjuicios y el “qué dirán” pesaba más. No existía la ayuda que hay hoy en las diferentes organizaciones que brindan apoyo y contención a las víctimas.
“Si bien se debe seguir trabajando para erradicar la violencia de género, desde el Centro estamos dispuestos a combatir este flagelo. El equipo de profesionales que lo conformamos a través de una labor responsable deseamos apoyar, acompañar, proteger y asesorar legalmente a las personas afectadas a la hora de presentar las denuncias correspondientes para evitar que se las re-victimice y lograr que puedan rehacer su vida”.




lunes, 17 de junio de 2013

Editorial


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Rafaela, lunes 25 de noviembre de 2013
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CONTINÚA LA LUCHA POR ERRADICAR LA VIOLENCIA DE GÉNERO
Se exige un cambio en el mundo para suprimir este delito de la sociedad.

 La violencia de género es una violación a los derechos humanos, un flagelo que se ha convertido en un fenómeno de carácter global.
  En nuestro país existe un elevado número de casos de violencia sexista. Algunos de los que ayudaron a que se visibilice esta problemática fueron: en 1996, Fabián Tablado apuñaló a su pareja 113 veces; en 2003, la bailarina Lorena Paranyez fue quemada con ácido muriático por su ex pareja; en 2010, Wanda Taddei fue incinerada por su esposo, Eduardo Vásquez, ex baterista de la banda de rock Callejeros. Son sólo tres ejemplos, que se caracterizaron por la alta exposición mediática.
  La Asociación Civil La Casa del Encuentro elaboró una compilación de investigaciones en el libro: "Por ellas...5 años de Informes de Femicidios del Observatorio de Femicidios en Argentina", de Adriana Marisel Zambrano, en el cual se establece que “cada treinta y cinco horas una mujer es asesinada en el marco de esta problemática social[i]. Datos pertenecientes a dicho Observatorio estipulan que “en 2008, hubo 208 víctimas de violencia sexista; en 2009 se contabilizaron 231; en el año 2010, 260; en 2011, 282; en 2012, 255; por ende desde el 2008, se registraron 1236 casos de víctimas afectadas por este flagelo. Sumado a esto se registró también que en los primeros nueve meses de este año hubo 209 Femicidios”.[ii]
 
Según David Smith (Director del Centro de Información de las Naciones Unidas para Argentina y Uruguay) “el predominio constante de la violencia contra la mujer es una demostración de que los Estados todavía no han encarado el problema del compromiso político, la visibilidad y los recursos necesarios para poner fin a este flagelo” (2006).[iii]
 
  Frente a la situación de la violencia de género, un estudio de la CEPAL, afirma que: “para erradicarla, es imprescindible que ésta se convierta en un objetivo central de las agendas públicas: primero, como una violación de los derechos humanos, segundo porque la violencia de género es un obstáculo para el desarrollo de los países y, por último, porque es un asunto clave para la democracia y la gobernabilidad democrática. En ese sentido, la eliminación de la violencia contra las mujeres se asienta sobre tres pilares: la protección jurídica, las políticas públicas y una cultura de respeto sin discriminación. En definitiva, la violencia contra las mujeres requiere del funcionamiento del Estado de derecho y de derechos”. [iv]
  A los fines de luchar contra este delito, desde el Estado argentino se tomaron algunas medidas, como por ejemplo la ley 26.485, que se sancionó en marzo de 2009 y que dispuso mecanismos de protección integral para prevenir, sancionar, y erradicar la violencia contra las mujeres; que a su vez, contribuyó a que se pueda avanzar judicialmente en la penalización del delito que hasta entonces estaba vacío de contenido en materia judicial. Además, según el informe “Buenas prácticas en la comunicación pública” elaborado por el INADI el Estado también garantizó a mujeres y niñas una asistencia integral, gratuita y accesible, con el fin de proteger sus derechos.[v]
  También existen iniciativas privadas de lucha contra esta problemática social, llevadas adelante por profesionales capacitados, instituciones y organizaciones, que aportan su trabajo para dar contención y respuesta a las personas que sufren la violencia de género y a su entorno.
  Es indispensable, que “el Estado en todos sus niveles (nacional, provincial y municipal) esté a la altura de las circunstancias, respecto de campañas y programas de asistencia a las víctimas y que la justicia actúe coherente a los tiempos y sentencie acorde a la gravedad de las circunstancias, algo que muchas veces no sucede”; también, que “se trabaje de manera consensuada y coordinada entre organismos nacionales, provinciales y municipales encargados de implementar estos programas de forma rápida y efectiva, modificando instituciones, procedimientos y medidas preventivas a los fines de revertir este fenómeno que es un asunto de salud pública y de política de estado”, tal como lo expresa Daniela
Scotto D´Abusco, profesora investigadora del Instituto de Ciencias Sociales de UADE.
 
  Además, Pedro Mouratiani Interventor de INADI afirmó que “sería importante fomentar desde los medios de comunicación un cambio fundamental en el tratamiento de la feminidad ya que si se presenta a la mujer disminuida en su capacidad intelectual, como un estereotipo consumista o como objeto sexual, fomenta la discriminación y la violencia”. Si bien existe la ley de Servicios de Comunicación Audiovisual (26522) que contempla la problemática de la violencia hacia la mujer y quiere promover desde el respeto a la Ley 26485; aún se manifiestan ejemplos negativos en los medios. Es por esto que “un compromiso y tratamiento adecuado de esta temática delicada podría ser considerado un avance”,  establece el Interventor.
  Para erradicar la violencia de género se debería seguir trabajando tanto desde los medios de comunicación como desde las diversas entidades con el fin de lograr una mayor concientización acerca de la gravedad del problema, en todos los sectores de la población. Así como también se deberían desarrollar más instancias de asistencia, prevención, investigaciones, estudios, programas, proyectos, cursos de capacitación y propuestas de incidencia en políticas públicas  y otras actividades, que tiendan a garantizar la igualdad de derechos, oportunidades y trato para mujeres y varones.